Carta abierta a nuestro señor Alcalde
Alejandro Cuevas
junio de 2012
Mi nombre es
Alejandro Cuevas, tengo 33 años, estoy casado y tengo un
hijo de siete años, la desgraciada
crisis ha hecho que esté en
el
paro, no tengo apoyo económico de nadie y me las veo complicadas
para llegar a fin de mes, y eso que no salgo, no me voy de bares con los amigos,
tan solo vivir y lo poco que me sobra para mi hijo.
Tanto agobio personal hace que tenga
ansiedad, ese agobio y esa
ansiedad solo me lo quitan dos cosas en esta vida, mi
hijo, que con una
sonrisa hace que se me vayan todos los males, y el
Granada C.F., sí, si
solamente me centrara en pensar en lo
desgraciado que soy mi corazón
estallaría, necesito
sueños, necesito
ilusiones, una realidad
paralela que hace sentirme un poquito más feliz.
No, no soy socio del Granada, lo fui en
Tercera y en
Segunda B,
pero no puedo permitirme serlo ahora, pero no me pierdo un partido por
TV, ya que gracias a algún amigo, podemos juntarnos algunos y verlo en
casa, todos los entretenimientos cuestan dinero, por lo menos esto lo puedo
vivir, este sueño de estar en
Primera lo puedo disfrutar, no puedo ir
al cine, no puedo irme de bares, pero puedo disfrutar de mi Granada.
Señor
Alcalde, mi hijo y yo disfrutamos cada partido del
Granada C.F.
como si fuera un sueño hecho realidad, mi hijo
lloraba y lloraba cuando
nos marcaron ese gol en Vallecas en el último minuto, no podía entender que
existía otro gol, en algún otro lugar que nos dejaba en Primera.
Señor
Alcalde, ¿como le voy a explicar a mi hijo que su sueño de ver al
Granada C.F. se va a
esfumar porque nuestro Alcalde es
incapaz
de dotar al Granada de unas
instalaciones dignas de Primera División, o
en su defecto
ayudar a conseguirlas? No puedo señor Alcalde, le ruego
por favor un
esfuerzo.
En estos tiempos tan
complicados, las
alegrías, las
sonrisas, las
ilusiones, los
sueños, las
lágrimas de emoción, son tan complicadas de conseguir, y todo esto nos
lo otorga el
Granada C.F., podrán llamarle empresa, negocio, lo que
ustedes quieran, pero mi corazón se para cuando veo a ese negocio salir con la
elástica rojiblanca y horizontal, si es un negocio, y todos los políticos tienen
tan claro que es un negocio, ¿por qué mi hermano ha tenido que cerrar su
panadería por deber 2.000 € a la Seguridad Social debido a la crisis y los
clubes no son cerrados por deber cientos de millones de euros? Porque saben
perfectamente, que
no es un negocio, no es una empresa cualquiera, es
puro sentimiento.
Señor
Alcalde, se lo ruego, se lo suplico, de mis problemas personales,
me encargaré cueste lo que cueste, a mi hijo si Dios quiere no le faltará de
comer, ya que su padre moverá tierra y aire para conseguirlo, pero por favor, no
nos
elimine nuestra única válvula de escape, nuestra única
ilusión, por favor señor
Alcalde, no le borre la
sonrisa
a mi hijo.