Mi Granada de siempre
Clemente Maíllo
6 de junio de 2007
Hoy 6 de junio de 2007, no tiene nada que ver con las
sensaciones de hace un año.
Por aquel entonces un
hormigueo nos recorría todo el cuerpo, pensando en qué
haríamos contra
la Balona después del viajecito que nos pegamos a La Línea de la
Concepción unos
1.000 granadinistas y del infortunio que tuvimos. Pero estábamos
confiados que era nuestro año, que nuestro
apoyo desde la grada y el buen hacer
de
José Víctor y los
11 mosqueteros rojiblancos iban a tener su fruto. Y
así fue, con una Granada que
respiraba en rojiblanco por los "Arcos" de la Feria
y el verde del césped de Los Cármenes. Las
Batallas fue una guerra vencida, antes
soñada, querida y ahora recordada.
Hoy, un año después, 6 de junio de 2007, salgo a la calle después de una mañana
dura y
triste. La
Tarasca, el bullicio, las charangas... todo
sigue siendo igual. Se respira ambiente de chiquillería por el centro. En la plaza
Bib-rambla los niños disfrutan de una mañana calurosa con los juegos allí preparados,
junto a sus padres que, como manda la tradición, los han llevado a ver la Tarasca. Las
carocas se presentan un año más con la típica 'malafollá' de siempre donde
mencionan a mi querido
Granada C.F. de siempre, porque el Granada C.F. de
1931 está todos los años presente en esta ciudad de la 'malafollá revenía'.
La comida no me sienta bien, pero es la comida
de siempre, los bares de siempre,
el ambiente de siempre. No ha sido una mañana muy buena ni en el trabajo ni en lo social.
Mi ciudad estaba como siempre, con sus fiestas y sus tradiciones, más bonita que nunca,
más granadina que nunca, pero estaba como siempre.
Por la tarde Recogidas, Reyes Católicos, el teatro Isabel la Católica con la gran obra de
"San Francisco" y una
fuente en la lejanía, que triste y sola veía pasar a la
gente hacia el teatro, Bib-rambla o cualquier otro lugar en la Granada de siempre.
Y la ciudad seguía
igual, con su ritmo cuasi-veraniego, ya algo caluroso tomando
vidilla el bullicio junto a las heladerías, cafeterías, restaurantes... la ciudad de
siempre.
Los autobuses recordándonos que votemos a una de las
7 maravillas del mundo
mientras las carocas nos recordaban que la Giralda se chivaba a la Junta por ser la
Alhambra abrazada. Y mi Granada C.F., y mi ciudad más que abrazada, hoy estaba siendo
abandonada en sus
tradiciones, en su
historia, en su
vitalidad, en sus
raíces. Pero sigue siendo la Granada de siempre,
retrógrada e
indiferente con lo que nuestros padres nos legaron, y
pasota y
conformista con las
"invasiones exteriores" que antaño
nuestra personalidad arrebataron y que hoy de nuevo
arrebatan por un puñado de
euros, ego y fama, que no valen más que todo el
sentimiento y el
alma,
de esta ciudad asentada a los pies de Sierra Nevada.
La noche en Granada es fresca, es agradable, sigue siendo la misma noche
de
siempre, de 5, 10, 15, 20 años atrás en el tiempo. Sigue siendo la misma Granada, con
menos peso,
poderío y
personalidad, pero la misma Granada, con
el
rumbo perdido cuando su personalidad
difama.
Y la
fuente de las Batallas sigue siendo la misma que hace 1, 2 o 3 meses, o 15
años... o 20.
Granada es la misma, huele a
Segunda B, con su
color rojiblanco en el
atardecer.
La ciudad se acostó en Segunda B ayer y hoy en el atardecer de la
vergüenza,
sigue sintiéndose una ciudad de Segunda B, de
corazón rojiblanco de talla 1931,
con el
triste cantar de una fuente que no es objeto de deseo, como si no hubiera
pasado nada.
Ayer la
Alhambra se acostó sintiéndose
admirada, hoy al acostarse se
siente
avergonzada de una ciudad que se sigue sintiendo
despojada de su
personalidad tan arraigada.
"De séptima maravilla del mundo a primera vergonzosa ciudad antideportiva de
España".
Hoy al pasear por mi Granada la he visto
como siempre, de Segunda B,
rojiblanca, como si no hubiera pasado nada.
Yo así no quiero
"ascensos", ni equipos nuevos, ni nada.
Seguimos igual, ¿en qué ha cambiado Granada?
En nada.
Sólo que hoy hay
menos alegría y más 'malafollá' en esta tierra
maldita
por siempre de Granada.
"En la calle
la fuente de las victorias deportivas
ha sido olvidada.
Llora monótona y sola,
como llora un 6 de junio
mi triste y pobre Granada".
SÓLO, SIEMPRE Y POR TRADICIÓN DEPORTIVA:
"GRANADA C.F.,
76 AÑOS DESDE 1931, DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN"