Érase una vez...
The Red And White Spirit
1 de septiembre de 2005
CAPÍTULO 1. La gestación del gran proyecto. Los motivos...
En una
ciudad muy, muy lejana, gobernada por unos políticos
nefastos,
que dejaban hacer al
cacique de la ciudad (o el cacique les dejaba hacer a ellos,
quién sabe), había un
club de fútbol, con una historia envidiable, pero en los
últimos años caído en categorías
inmerecidas, en el campo y para su afición. Y
que en tan difíciles momentos intentaba recabar el
apoyo de los políticos y los
empresarios de su tierra.
Ese cacique, que gustaba de reconocerse y ser reconocido como
gran empresario y
filántropo, y que estaba enfrentado al club por un asunto judicial enquistado,
llamó y organizó a sus
amiguetes, algunos empresarios que de mayores querían ser
como él, algunos
pelotas, y algún
funcionario público, que pese a su
modesto sueldo tenía un patrimonio de padre y muy señor mío y además vivía como Dios "sin
que se supiese muy bien cómo".
Objetivo: la
desaparición del histórico
club. Como fuese: si había que fomentar la
rebelión en los jugadores de ese club,
se metía toda la cizaña del mundo; si había que comprometer la "ayuda empresarial" a la
caída de un presidente para retirarla inmediatamente, se hacía; si había que
poner
excusas y trabas mil, se ponían; si había que
prometer un dinero
para un plazo y
retirarlo en el último momento...
Pese a todo ello, a tanta
trampa, el club, gracias a su fiel afición y a las
otras veces justamente denostadas directivas -por algunas cosas incluso ahora-, siguió
adelante. Había que intentar otra cosa: Y SURGIÓ LA
GRAN IDEA:
crear otro
club. Como no había tiempo para andarse con equipos, presupuestos, ascensos, goles y
demás mariconadas de esta "mierda de deporte", pues ¡coño! nos ponemos a
comprar
equipitos y listo, y se va montando una pequeña "escalera" hasta llegar a la misma
categoría que el histórico... ¿Que eso no lo ha hecho
nadie? Hombre, es que a
nadie se le ocurrió, jamás se juntaron tantas
mentes brillantes en un proyecto de
este "deporte de cafres"; en el golf, estaría a la orden del día, oiga. ¿Que es
ilegal? Bueno, eso ya lo veremos, nos lo han dicho muchas veces con cosas que
hemos hecho y aquí estamos de rositas, oiga. Además, a ver quién es el guapo que
protesta. Y como sean los
lagañosos esos, se van a acordar, ya...
Con esa idea en la cabeza, empieza el
asedio de nuevo: hay que intentar confundir
para atraer. ¿Cómo? Volvemos a
simular intención de
ayudar. Al final,
nos
desmarcamos con las mismas excusas de siempre, aunque jugando con los nombres
según el caso: donde antes el problema era
Pedro y después
Luis, ahora
es
Manolo. Y donde antes era que no sabía la
deuda, pues ahora digo que
la mitad de lo que se decía es
inviable. AAAaaaah, y las grandes bazas: LES VOY A
REGALAR EL CARNÉ (total, ya tenía pensado tener que regalarlos todos...), ¿cómo?
¿Que se sienten insultados los lagañosos de mierda estos? Aaaahh, pues les voy a ofrecer
respetar sus colores y sus símbolos, y voy a ofrecer los míos como gran renuncia (¡pero
cómo cojones no nos van a
admitir el nombre tan bonito que era nuestra gran
ofrenda, y que se le ocurrió al
Rigoberto tras rascarse los huevos nada menos que
5 minutos, que se le quedaron las uñas negras y marcas en la espalda! Mañana me voy a la
'capitá' y ya verás como me lo admiten, ya, si es que los de aquí no saben, no comprenden
lo grandiosos que somos). ¡¡Cómo que dicen que tampoco!! La madre que los parió... bueno,
pues como con ellos está visto que no vamos a poder
engañarlos, toca la
CAMPAÑA DE LA DESCALIFICACIÓN: "es que no nos respetan", "es que son el perro del
hortelano"... (además, es el momento ideal para rentabilizar tanto sobre a ciertos
elementos, que llevan años propugnando la desaparición y nada... a ver si se ganan el
"sueldo", ¡coño!).
CAPÍTULO 2. Captación de accionistas:
"aluvión" de empresas deseosas de formar
parte
¿Qué nos falta? Tenemos que dar la imagen de que somos un
gran consorcio de
empresas. "Pero
Jofre Javián, si todo el mundo sabe que esto es
cosa
tuya...". "Aquí va a
pringar todo Dios. Aquí
mando yo. Y vamos a
hacer lo siguiente..."
Algunos de estos "
insignes empresarios" y sus amigos se dedicaban al noble oficio
de la
construcción (así era en exclusiva hasta que entraron en fútbol, que
decidieron destruir para hacer algo distinto en sus ratos libres). Naturalmente, esa
actividad mueve y
da trabajo a mucha gente, entre ellos pequeños empresarios, de
los ramos más diversos: instalaciones eléctricas, fontanería, carpintería, grúas,
metalistería... Lógicamente, una empresa así no tiene futuro sin obras. Y hete aquí que
conversaciones como las que se reproducen a continuación empiezan a aportar
"granitos de arena" al
gran proyecto:
- ¡Hombre, Manolo! Contigo quería yo hablar, ¿cómo me llevas la instalación de ... en la
obra X?
- Esperamos acabarlo para la semana que viene, tú ya sabes que yo cumplo con los plazos
y doy calidad, y esta vez no será distinto.
- Ya, ya, pero Manolo, también quiero hablar contigo para el otro temilla que
te comenté...
Manolo se pone
incómodo. Sabe de lo que le van a hablar. Y no quiere saber nada.
Le importa una mierda. Además, si él pudiera... ay, si él pudiera, a quien
ayudaría sería al
club de su vida:
- Pero mira, ya te dije que de ese tema a mí no me va mucho, a mí el
fútbol...
- Manolo, Manolo... no me toques los huevos que nos conocemos ya de mucho, ¿eh? Mira,
vamos a llevarnos bien. Coño, si tampoco estoy pidiéndote la Luna: con la de obras que te
he dado... mira, tú me sueltas un milloncejo y tan amigos, ¿eh? Además, luego tendrás tu
pancarta de publicidad, y carnés, y...
- Pero si yo no necesito publicidad, sólo trabajo para ti y otros constructores que me
conocéis de sobra...
- Pues precisamente de eso se trata también, Manolo. Mira, tú sabes que voy a empezar la
promoción de bloques de pisos en Z, y naturalmente había pensado en ti como siempre. Son
muchos pisos, Manolo, que te dejarían un buen pico... Pero estoy viendo que es un temilla
que me voy a tener que replantear, y...
La pregunta es, ¿cuántos "Manolos" hay? ¿Conseguirían
llenar la grada acudiendo
al "mismo nivel de
persuasión" con empleados, amigos, etc.?
CAPÍTULO 3. Las influencias
Ya hemos tratado la
extorsión en el capítulo anterior. El
débil es fácil
de extorsionar pero, ¿y el
fuerte, o aquel que nada tiene que ver con la
construcción? Pues se le
premia.
Pongamos una
constructora, o mejor, un
Grupo empresarial de construcción
de nombre
García y otro apellido más que, en el
afán de reagrupar
empresarios para su proyecto deportivo y, por tanto de acumular activos, "
toca" a
otros "conocidos". Pongamos por ejemplo un empresario de la
hostelería de un
municipio muy, muy cercano a Granada, en donde prácticamente la industria local consiste
en eso, en la hostelería, y más concretamente en la restauración. Con una
conversación que bien podría ser esta:
- ¿Qué tal Antonio?
- Pues nada, luchando, está la cosa regular.
- Bueno hombre, ahora las comuniones se hacen casi por lo civil y se nota. Dentro de
poco, hago una convención y te la encargaré a ti, en tus salones.
- Bueno pues algo es algo.
- Te venía a comentar..., ya sabes que estoy en lo del nuevo club, el Granada
ya ves lo que hay y así no hay cojones. Y quería pedirte que entraras conmigo en
esto.
- Hombre Alberto, pues es que no ando sobrado, ya ves.
- Pero, ¿no estabas detrás de que te recalificaran unos terrenos en la Vega,
para construir? Eso me dijiste hace tiempo.
- Ya pero el Ayuntamiento no quiere. Por aquello de proteger la Vega y eso.
- Antonio, eso te lo arreglo yo rápido, hablo con Pepe y se
soluciona. Verás, yo te arreglo el tema para que puedas construir y tú participas de
mi proyecto.
- Hombre, la verdad, es que si eso va a ser así, cuenta conmigo amigo Alberto.
¿De cuánto estaríamos hablando?
- Con que pongas diez millones hay de sobra, pero tú descuida, que te voy a
ahorrar muchos más gastos y molestias. Además, ahí tienes a los arquitectos y aparejadores
de mi empresa a tu servicio.
- Joder Alberto, eres un amigo.
- Bueno pues venga, en eso quedamos, en dos o tres meses lo tienes solucionado.
CAPÍTULO 4. Donde el corazón puede más que el dinero
Muchas son las
empresas colaboradoras con el proyecto. El
chantaje
subliminal ha cosechado grandes éxitos, sobre todo en
Huétor Vega, donde
curiosamente es conocidísimo un
acaudalado socio que siempre dice no estar
implicado en el "
engendro", si bien, él, es y será la mediación necesaria para
culminar el ambicioso "
proyecto" de "
unificación" del fútbol.
Decenas de empresas de la citada localidad pertenecen al "
proyecto empresarial"
por expreso deseo de sus patronos quienes,
adjudicaciones en mano, hacen ver la
posibilidad de quiebra caso de no "
colaborar" en "este ambicioso proyecto
deportivo". Otras han visto en el negocio posibilidad de emprender nuevos retos, y
enriquecerse a base de ladrillos de tabique, o escayolas, por ejemplo. Ciertamente hay
quienes pasan del histórico, pero otros tantos (más de la mitad), han querido dar el paso
adelante porque no les ha quedado más remedio, pues son muchas familias las que
dependen de los encargos de algún grupo empresarial y no pueden arriesgar el pan
de sus hijos por un sentimiento, por más que les duela.
Algún pequeño empresario de esa localidad, a quien el
impuesto le supuso
6.000 €, aún debe nóminas de julio porque los "
trabajos" que tenían
que llegar, no lo han hecho, o se los han llevado otros del ramo, y esa prometida
amortización rápida de la inversión se hace esperar. Ya saben, el colegio empieza, libros,
ropa, y números rojos en la caja de Huétor (¿Curioso no?) que no entiende de fútbol.
Otros, sintiendo haber
traicionado su alma, y aún dando algo más de
10.000
€, no han dado un sólo abono a sus trabajadores, y los
han roto, en
silencio, a oscuras, sólo yo puedo desvelar algo indesvelable para quien se juega el pan.
Y esa persona, un día paseando por Granada, pasó por Recogidas 35, pagó
100
€ y renovó carné con su equipo. Aquello le alivió el alma, lo serenó, y ya sólo
la rabia y la impotencia le quedan que soportar, mas su corazón y su mente, se han
relajado y descansan por la noche. Allí estaba el domingo, con cara de niño con zapatos
nuevos, sentado entre la muchedumbre con un amigo, pasando
inadvertido, pero
gozoso y
feliz, sobre todo muy feliz.
EL RELATO SE
INTERRUMPE AQUÍ. EL RESTO OS LO PODÉIS IMAGINAR. ESTA HISTORIA PUEDE
SER
FICTICIA... O NO. LOS NOMBRES DESDE LUEGO, SON
INVENTADOS. ¿Que cómo
se han inventado? Pues antes de cada nombre, rascando los
huevos unos segundos a
ver qué se ocurría... ¡como el personaje de la historia!
Ah, por cierto, si alguien se siente
molesto por este relato, que no se olvide
que puede que sea
ficticio...
Ah, y no penséis mucho en esto... ¡si es una
tontería, un simple
cuento!
¿Me entendéis o no?
"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia"