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Fecha Actualizada el miércoles, 20 de noviembre de 2024  Hora 23:17
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Ficción rojiblanca

Érase una vez...

AutorThe Red And White Spirit

Fecha1 de septiembre de 2005

CAPÍTULO 1. La gestación del gran proyecto. Los motivos...


En una ciudad muy, muy lejana, gobernada por unos políticos nefastos, que dejaban hacer al cacique de la ciudad (o el cacique les dejaba hacer a ellos, quién sabe), había un club de fútbol, con una historia envidiable, pero en los últimos años caído en categorías inmerecidas, en el campo y para su afición. Y que en tan difíciles momentos intentaba recabar el apoyo de los políticos y los empresarios de su tierra.

Ese cacique, que gustaba de reconocerse y ser reconocido como gran empresario y filántropo, y que estaba enfrentado al club por un asunto judicial enquistado, llamó y organizó a sus amiguetes, algunos empresarios que de mayores querían ser como él, algunos pelotas, y algún funcionario público, que pese a su modesto sueldo tenía un patrimonio de padre y muy señor mío y además vivía como Dios "sin que se supiese muy bien cómo". Objetivo: la desaparición del histórico club. Como fuese: si había que fomentar la rebelión en los jugadores de ese club, se metía toda la cizaña del mundo; si había que comprometer la "ayuda empresarial" a la caída de un presidente para retirarla inmediatamente, se hacía; si había que poner excusas y trabas mil, se ponían; si había que prometer un dinero para un plazo y retirarlo en el último momento...

Pese a todo ello, a tanta trampa, el club, gracias a su fiel afición y a las otras veces justamente denostadas directivas -por algunas cosas incluso ahora-, siguió adelante. Había que intentar otra cosa: Y SURGIÓ LA GRAN IDEA: crear otro club. Como no había tiempo para andarse con equipos, presupuestos, ascensos, goles y demás mariconadas de esta "mierda de deporte", pues ¡coño! nos ponemos a comprar equipitos y listo, y se va montando una pequeña "escalera" hasta llegar a la misma categoría que el histórico... ¿Que eso no lo ha hecho nadie? Hombre, es que a nadie se le ocurrió, jamás se juntaron tantas mentes brillantes en un proyecto de este "deporte de cafres"; en el golf, estaría a la orden del día, oiga. ¿Que es ilegal? Bueno, eso ya lo veremos, nos lo han dicho muchas veces con cosas que hemos hecho y aquí estamos de rositas, oiga. Además, a ver quién es el guapo que protesta. Y como sean los lagañosos esos, se van a acordar, ya...

Con esa idea en la cabeza, empieza el asedio de nuevo: hay que intentar confundir para atraer. ¿Cómo? Volvemos a simular intención de ayudar. Al final, nos desmarcamos con las mismas excusas de siempre, aunque jugando con los nombres según el caso: donde antes el problema era Pedro y después Luis, ahora es Manolo. Y donde antes era que no sabía la deuda, pues ahora digo que la mitad de lo que se decía es inviable. AAAaaaah, y las grandes bazas: LES VOY A REGALAR EL CARNÉ (total, ya tenía pensado tener que regalarlos todos...), ¿cómo? ¿Que se sienten insultados los lagañosos de mierda estos? Aaaahh, pues les voy a ofrecer respetar sus colores y sus símbolos, y voy a ofrecer los míos como gran renuncia (¡pero cómo cojones no nos van a admitir el nombre tan bonito que era nuestra gran ofrenda, y que se le ocurrió al Rigoberto tras rascarse los huevos nada menos que 5 minutos, que se le quedaron las uñas negras y marcas en la espalda! Mañana me voy a la 'capitá' y ya verás como me lo admiten, ya, si es que los de aquí no saben, no comprenden lo grandiosos que somos). ¡¡Cómo que dicen que tampoco!! La madre que los parió... bueno, pues como con ellos está visto que no vamos a poder engañarlos, toca la CAMPAÑA DE LA DESCALIFICACIÓN: "es que no nos respetan", "es que son el perro del hortelano"... (además, es el momento ideal para rentabilizar tanto sobre a ciertos elementos, que llevan años propugnando la desaparición y nada... a ver si se ganan el "sueldo", ¡coño!).



CAPÍTULO 2. Captación de accionistas:
"aluvión" de empresas deseosas de formar parte


¿Qué nos falta? Tenemos que dar la imagen de que somos un gran consorcio de empresas. "Pero Jofre Javián, si todo el mundo sabe que esto es cosa tuya...". "Aquí va a pringar todo Dios. Aquí mando yo. Y vamos a hacer lo siguiente..."

Algunos de estos "insignes empresarios" y sus amigos se dedicaban al noble oficio de la construcción (así era en exclusiva hasta que entraron en fútbol, que decidieron destruir para hacer algo distinto en sus ratos libres). Naturalmente, esa actividad mueve y da trabajo a mucha gente, entre ellos pequeños empresarios, de los ramos más diversos: instalaciones eléctricas, fontanería, carpintería, grúas, metalistería... Lógicamente, una empresa así no tiene futuro sin obras. Y hete aquí que conversaciones como las que se reproducen a continuación empiezan a aportar "granitos de arena" al gran proyecto:

  • ¡Hombre, Manolo! Contigo quería yo hablar, ¿cómo me llevas la instalación de ... en la obra X?
  • Esperamos acabarlo para la semana que viene, tú ya sabes que yo cumplo con los plazos y doy calidad, y esta vez no será distinto.
  • Ya, ya, pero Manolo, también quiero hablar contigo para el otro temilla que te comenté...

Manolo se pone incómodo. Sabe de lo que le van a hablar. Y no quiere saber nada. Le importa una mierda. Además, si él pudiera... ay, si él pudiera, a quien ayudaría sería al club de su vida:

  • Pero mira, ya te dije que de ese tema a mí no me va mucho, a mí el fútbol...
  • Manolo, Manolo... no me toques los huevos que nos conocemos ya de mucho, ¿eh? Mira, vamos a llevarnos bien. Coño, si tampoco estoy pidiéndote la Luna: con la de obras que te he dado... mira, tú me sueltas un milloncejo y tan amigos, ¿eh? Además, luego tendrás tu pancarta de publicidad, y carnés, y...
  • Pero si yo no necesito publicidad, sólo trabajo para ti y otros constructores que me conocéis de sobra...
  • Pues precisamente de eso se trata también, Manolo. Mira, tú sabes que voy a empezar la promoción de bloques de pisos en Z, y naturalmente había pensado en ti como siempre. Son muchos pisos, Manolo, que te dejarían un buen pico... Pero estoy viendo que es un temilla que me voy a tener que replantear, y...

La pregunta es, ¿cuántos "Manolos" hay? ¿Conseguirían llenar la grada acudiendo al "mismo nivel de persuasión" con empleados, amigos, etc.?



CAPÍTULO 3. Las influencias


Ya hemos tratado la extorsión en el capítulo anterior. El débil es fácil de extorsionar pero, ¿y el fuerte, o aquel que nada tiene que ver con la construcción? Pues se le premia.

Pongamos una constructora, o mejor, un Grupo empresarial de construcción de nombre García y otro apellido más que, en el afán de reagrupar empresarios para su proyecto deportivo y, por tanto de acumular activos, "toca" a otros "conocidos". Pongamos por ejemplo un empresario de la hostelería de un municipio muy, muy cercano a Granada, en donde prácticamente la industria local consiste en eso, en la hostelería, y más concretamente en la restauración. Con una conversación que bien podría ser esta:

  • ¿Qué tal Antonio?
  • Pues nada, luchando, está la cosa regular.
  • Bueno hombre, ahora las comuniones se hacen casi por lo civil y se nota. Dentro de poco, hago una convención y te la encargaré a ti, en tus salones.
  • Bueno pues algo es algo.
  • Te venía a comentar..., ya sabes que estoy en lo del nuevo club, el Granada ya ves lo que hay y así no hay cojones. Y quería pedirte que entraras conmigo en esto.
  • Hombre Alberto, pues es que no ando sobrado, ya ves.
  • Pero, ¿no estabas detrás de que te recalificaran unos terrenos en la Vega, para construir? Eso me dijiste hace tiempo.
  • Ya pero el Ayuntamiento no quiere. Por aquello de proteger la Vega y eso.
  • Antonio, eso te lo arreglo yo rápido, hablo con Pepe y se soluciona. Verás, yo te arreglo el tema para que puedas construir y tú participas de mi proyecto.
  • Hombre, la verdad, es que si eso va a ser así, cuenta conmigo amigo Alberto. ¿De cuánto estaríamos hablando?
  • Con que pongas diez millones hay de sobra, pero tú descuida, que te voy a ahorrar muchos más gastos y molestias. Además, ahí tienes a los arquitectos y aparejadores de mi empresa a tu servicio.
  • Joder Alberto, eres un amigo.
  • Bueno pues venga, en eso quedamos, en dos o tres meses lo tienes solucionado.



CAPÍTULO 4. Donde el corazón puede más que el dinero


Muchas son las empresas colaboradoras con el proyecto. El chantaje subliminal ha cosechado grandes éxitos, sobre todo en Huétor Vega, donde curiosamente es conocidísimo un acaudalado socio que siempre dice no estar implicado en el "engendro", si bien, él, es y será la mediación necesaria para culminar el ambicioso "proyecto" de "unificación" del fútbol.

Decenas de empresas de la citada localidad pertenecen al "proyecto empresarial" por expreso deseo de sus patronos quienes, adjudicaciones en mano, hacen ver la posibilidad de quiebra caso de no "colaborar" en "este ambicioso proyecto deportivo". Otras han visto en el negocio posibilidad de emprender nuevos retos, y enriquecerse a base de ladrillos de tabique, o escayolas, por ejemplo. Ciertamente hay quienes pasan del histórico, pero otros tantos (más de la mitad), han querido dar el paso adelante porque no les ha quedado más remedio, pues son muchas familias las que dependen de los encargos de algún grupo empresarial y no pueden arriesgar el pan de sus hijos por un sentimiento, por más que les duela.

Algún pequeño empresario de esa localidad, a quien el impuesto le supuso 6.000 €, aún debe nóminas de julio porque los "trabajos" que tenían que llegar, no lo han hecho, o se los han llevado otros del ramo, y esa prometida amortización rápida de la inversión se hace esperar. Ya saben, el colegio empieza, libros, ropa, y números rojos en la caja de Huétor (¿Curioso no?) que no entiende de fútbol.

Otros, sintiendo haber traicionado su alma, y aún dando algo más de 10.000 €, no han dado un sólo abono a sus trabajadores, y los han roto, en silencio, a oscuras, sólo yo puedo desvelar algo indesvelable para quien se juega el pan. Y esa persona, un día paseando por Granada, pasó por Recogidas 35, pagó 100 € y renovó carné con su equipo. Aquello le alivió el alma, lo serenó, y ya sólo la rabia y la impotencia le quedan que soportar, mas su corazón y su mente, se han relajado y descansan por la noche. Allí estaba el domingo, con cara de niño con zapatos nuevos, sentado entre la muchedumbre con un amigo, pasando inadvertido, pero gozoso y feliz, sobre todo muy feliz.


EL RELATO SE INTERRUMPE AQUÍ. EL RESTO OS LO PODÉIS IMAGINAR. ESTA HISTORIA PUEDE SER FICTICIA... O NO. LOS NOMBRES DESDE LUEGO, SON INVENTADOS. ¿Que cómo se han inventado? Pues antes de cada nombre, rascando los huevos unos segundos a ver qué se ocurría... ¡como el personaje de la historia!

Ah, por cierto, si alguien se siente molesto por este relato, que no se olvide que puede que sea ficticio...

Ah, y no penséis mucho en esto... ¡si es una tontería, un simple cuento! ¿Me entendéis o no?


"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia"


 
 
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