Crónica

Partidos de pretemporada

El Manchego se llevó el XXXI Trofeo Puerta de Toledo de Ciudad Real al imponerse en la tanda de penaltis a un Granada C.F. que no fue capaz de ganar un partido que dominó más que su rival pero que terminó con el 0-0 inicial.

En la primera parte ambos equipos estuvieron bastante flojos aunque el dominio correspondió en mayor medida a los manchegos. Las ocasiones de gol fueron muy pocas por ambos bandos. Lo más destacado fue un encontronazo sufrido por Rivas en el minuto 8 de partido en el que recibió el impacto del codo de un contrario en la cara fracturándole el tabique nasal. Pese a ello, el bravo defensa granadinista continuó en el terreno de juego hasta el descanso, momento en el que fue trasladado al hospital de Traumatología de Granada donde fue intervenido para reducirle la fractura. En la segunda mitad su puesto sería cubierto por Milla. En cuanto a ocasiones, la mejor fue para Ramón que en el minuto 43 lanzó un disparo a la escuadra que el portero manchego consiguió despejar a saque de esquina y mantener así el 0-0 con el que se llegó al descanso.

En la segunda parte no cambiaron mucho las cosas, aunque quizá el Granada C.F. aumentó su dominio respecto al primer tiempo, sobre todo a partir de la mitad del período. En general, pocas ocasiones y poco juego. Lo mejor vino nuevamente en los minutos finales en los que sí se vio jugar al Granada C.F. y en los que una excelente jugada de los rojiblancos pudo suponer la victoria. En el 42, Ramón pasó de espuela a Zurita y éste cedió de tacón para Francis que buscó portería pero su disparo se marchó fuera. Así se llegó al final del encuentro con 0-0 y fue necesario el lanzamiento de penaltis para decidir el vencedor del trofeo. El primer y segundo penalti fueron transformados por Zurita y Milla, el tercero lo falló Sergio Serrano, y el cuarto y el quinto los marcaron Francis y Sorroche. Los manchegos marcaron los cinco penaltis y se quedaron con el trofeo al conseguir un tanteo final de 5-4.

En resumen, lo negativo es la falta de pegada arriba, pues hubo pocas oportunidades pero alguna muy clara y no se concretó. En el aspecto positivo destaca el que se raseó el balón y casi nunca se rifó. La defensa, sobre la que había cierta desconfianza, funcionó muy bien, dando en todo momento sensación de seguridad, y el centro del campo estuvo bastante bien, sobre todo en el tramo final del partido.